La fotografia dental
¿Por qué es importante la fotografía dental?
La fotografía dental nos permite analizar al milímetro la anatomía oral, y nos proporciona un buen dossier gráfico que ayuda a optimizar el trabajo y seguir avanzando hacia una mayor calidad. Por otra parte, cabe destacar que también tienen una función comercial y publicitaria indispensable para llegar a más posibles pacientes.
Actualmente, la cámara fotográfica se ha transformado en una herramienta fundamental para los odontólogos. El registro fotográfico de la cavidad oral y lo que puede manifestar es primordial si lo que estamos ofreciendo es la mejor atención posible. Podemos distinguir entre dos tipos de fotografía dental: fotografía intraoral y fotografía extraoral.
La imagen es un recurso que ningún sector puede pasar por alto, y el odontológico no iba a ser menos: las fotografías dentales aportan valor al diagnóstico y favorecen el correcto seguimiento de los casos clínicos. Además, suponen una herramienta muy eficaz, puesto que ayudan al dentista a documentar su labor y comunicarse tanto con el laboratorio dental como con el paciente de forma más eficiente.
Gracias a ellas, los pacientes pueden comprender mucho mejor el tratamiento al que se van a someter y logran observar todo lo que, por lo general, está fuera de su visión: esto es gracias a que se hacen visibles los detalles más minúsculos.
Fotografía intraoral
En las fotografías intraorales solo se refleja el interior de la cavidad oral, sin mostrarse los labios. Estas imágenes se emplean al iniciar el tratamiento, en los pasos intermedios y al finalizarlo, logrando, de ese modo, un seguimiento completo del caso. Para ello, se necesitan retractores labiales, espejos y paletas de contraste.
Este tipo de fotografías son utilizadas en todas las especialidades de la Odontología por su gran valor a la hora de mostrar los procesos y resultados tanto a pacientes como a compañeros.
Se componen de: fotos de los dientes de las dos arcadas, fotos del arco de dentadura superior e inferior y fotos de los dientes de la arcada superior. Para realizarlas, debemos tener en cuenta ciertos consejos e indicaciones, además de tener claros los siguientes conceptos: abertura de diafragma, velocidad de obturación, profundidad de campo e ISO.
¿Cómo logramos unas imágenes claras, con el menor ruido posible y con unos colores fieles a la realidad?
Para conseguirlo se puede usar un equipo fotográfico básico: basta con una cámara, un flash y un trípode.
Se recomienda usar una cámara que se conozca bien, que sea versátil y con resolución suficiente para realizar ampliaciones. No importa que sea mirrorless, compacta o réflex, siempre y cuando tenga la calidad suficiente.
En cuanto al objetivo, recomendamos teleobjetivos medios. Se aconseja el uso de flash y utilizar diafragmas cerrados.
Fotografía extraoral
Las fotografías extraorales son aquellas en las que encuadramos la cara completa del paciente. Gracias a ellas, los expertos pueden ver si el tipo de mordida afecta a la morfología de la cara.
El objetivo es captar los rasgos y las características faciales junto con la sonrisa del paciente, y poder valorar el cambio facial en conjunto una vez finalizado el tratamiento.
Son muy utilizadas en ortodoncia, rehabilitaciones completas e implantología y requieren una técnica menor que las intraorales, ya que no necesitan herramientas específicas para realizarlas.
Este tipo de imágenes se componen de fotos de cara completa, frontal, cara completa lateral, sonrisa completa frontal y sonrisa completa lateral.
Fotografía intraoral
En las fotografías intraorales solo se refleja el interior de la cavidad oral, sin mostrarse los labios. Estas imágenes se emplean al iniciar el tratamiento, en los pasos intermedios y al finalizarlo, logrando, de ese modo, un seguimiento completo del caso. Para ello, se necesitan retractores labiales, espejos y paletas de contraste.